viernes, 25 de julio de 2008

Verano Ignorante

Una gran grieta en forma de dentada e infernal vagina se ha abierto bajo los pies de los miembros de este blog. Y entiendan esta lamentable frase como más gusten. Cuvric, Quinj y Vov han sido arrastrados a las más flamígeras profundidades estivales.
Durante un mes entero -una eternidad dispuesta por aviesos chamanes veraniegos para desfidelizar a los incontables adeptos a la Ignorancia- será altamente difícil encontrar algo nuevo en esta ciénaga pestilente.Así pues, nos despedimos de ustedes con la amenaza de volver tras un Agosto Abismal.
Mientras tanto, aquí tienen una selección de grandes canciones de mi hemisferio izquierdo:

Faith no More, Easy

Iglesias and Ross, All of you


Aznavour, La Boheme

Rettore, Kobra

Paolo Conte, Gli Impermeabili

Danuta Lato, touch my heart

Y no olviden hacer el gaznápiro y beber mucha agua!

martes, 15 de julio de 2008

Jörg Buttgereit: ¡Libertad Creativa!

A principios de los 90 aterrizó una inquietante película en los estantes de los videoclubes españoles. Nekromantik era su nombre, y vil e inmunda su fama. Entre los prepúberes de la época –entre los que yo me encontraba- se decía que era “la película más gore del mundo”; y en más de una ocasión me quedé embobado mirando su tosca carátula, seducido y espantado al tiempo, sin llegar a decidirme de una vez por todas a alquilarla. Tuvieron que pasar un par de años hasta que, ya en plena adolescencia subnormal, por fin diese el paso y la visionase.
Desde luego, Nekromantik tenía bien merecida su fama, por perturbadora y pesadillesca. Sin embargo no se trataba de un film gore al uso, como tantos que ya había visto. Había hemoglobina, sí, pero en cantidades inferiores a otros referentes del género, muy por encima en mondongo y casquería. El origen de la mala (buena) fama de Nekromantik era otro: se trataba la primera película con cierta repercusión que se adentraba de lleno en el hermético mundo de la necrofilia. Si quieren ver de lo que les hablo, cliquen aquí, pero ya les advierto que no es apto para todos los paladares.

El artífice de semejante ida de olla no podía ser sino un ciudadano alemán -tan proclives a la ensoñación escatológica- de nombre Jörg Buttgereit (a partir de ahora JB). Sin embargo, y aunque Nekromantik le había dado fama entre los aficionados al gore europeos, el joven JB tenía ya un nombre consolidado como cienasta en el underground berlinés, que es como decir el Reino de lo Sórdido.

Nacido el 20 de diciembre de 1963 en Berlín, JB sintió el gusanillo del cine desde muy rapaz, al ver con unos tiernos cuatro años Simbad y la Princesa. De ahí pasaría a ver compulsivamente las películas de Godzilla que llegaban a la capital germana, y de esos polvos, estos lodos.
Durante su adolescencia, el joven JB se hizo con una cámara con la que dar rienda suelta a su malsana y desbordante imaginación, y entre 1979 y 1982 rodó varios cortometrajes de diverso pelaje.
Por fin en 1982, realizó su primer cortometraje con una cierta calidad. Titulado "Der explodierende Turnschuh" mostraba en dos minutos la explosión a cámara lenta de unos zapatos de deporte. El único objetivo del film, según JB, era el de probar el botón a cámara lenta de su nueva videocámara. Un año después realizó "Manne, Der muwi" donde en tan sólo diez minutos un hombre va a ver un partido de fútbol, bebe demasiado, vomita y muere. Ese mismo año, Jorg también rodó "Cannibal girl", un corto en el que una chica es atrapada por un extraño personaje que expele un gas nauseabundo por el ano (sic), y finalmente ella no tiene más remedio de devorarle el pene. Según JB, la cinta se pudo ver en un programa matinal para niños en la televisión de su país. El amigo Jorg empezaba a dar forma a su personal universo.

En 1983 realiza "Der Gollob" un corto de mayor duración (25 minutos) y que parodia al mítico Golem, que aquí surge de una repulsiva pizza, en un intento del director de realizar su propia versión de Alien.
En 1985 presenta lo que él mismo ha considerado como uno de sus trabajos más serios: "Hot love", un mediometraje que cuenta la historia de un chico al que le pone los cuernos su novia. El pobre muchacho, tras recibir un humillante palizón del amante, viola a la novia y se corta las venas, pero la novia queda embarazada y da a luz un bebé que vomita de forma desmedida una extraña sustancia. Ésta es una especie de un puré fermentado del que sale el espíritu zombificado del padre, que se dedica a matar a adúlteros. Finalmente recupera el corazón de su amada, pero en su acepción muscular.
Con dos cojones, a su lado la trasgresión de cualquier Passolini de turno parece un capítulo de La Cometa Blanca.

Evidentemente, en estos años los trabajos de JB no han pasado desapercibidos en el circuito alternativo alemán y, con miles de ideas hirviéndole en la cabeza, en 1986 el joven Jörg comienza a escribir junto a Frank Rodenkirchen el guión de la película que se estrenaría un año después y le daría fama internacional: Nekromantik.
Con el éxito cosechado por el film, JB consigue la financiación suficiente para realizar en 1989 su segundo y más experimental largo: El Rey de la Muerte (Der todesking), en el que aborda el suicidio y las razones que pueden llevar al ser humano a cometerlo. Para muchos de sus seguidores se trata de la obra magna de Jörg; sin embargo no goza, ni por asomo, de la misma aceptación popular que Nekromantik.

Así pues, no le queda más remedio que realizar la continuación de aquella película sobre necrofilia que le dio fama. En 1991 se estrena Nekromantik 2 que cuenta con más medios, mejor edición, mejor guión y efectos especiales más espectaculares, pero obviamente ha perdido la capacidad epatante de la primera.
Sintiéndose dócil ante una audiencia que le reclama algo que no puede dar, que le exige ceñirse a un género y que le resta ¡Libertad Creativa!, JB estrena en 1993 la que hasta la fecha es su último largometraje de ficción: Schramm, filme que, por decirlo benévolamente, necesita de varios visionados para ser comprendido en su totalidad. No se debe obviar la famosa escena donde el protagonista clava el prepucio de su pene en una mesa clavo a clavo.

Desde entonces Jörg ha seguido ligado al mundo del cine, pero en proyectos de menor repercusión y calado como series de televisión y documentales bizarros, realizando videoclips o ejerciendo como director de efectos especiales de alguna película.

Existen rumores de que JB está preparando su regreso triunfal al mundo del largometraje, pero sabe Rá qué diantres pasa por la cabeza de este muchacho. Desde este humilde cenagal esperamos que Jörg vuela a sentir la salvaje llamada de la creatividad y nos suma en las más tenebrosas y horripilantes pesadillas.

La información para este post ha sido extraída de:
http://www.icvjorgbuttgereit.iespana.es/
http://en.wikipedia.org/wiki/Nekromantik
http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewprofile&friendID=118421219
http://www.trashcity.org/ARTICLES/tc11/NEKRO2.HTM
http://www.imdb.com/name/nm0125367/

miércoles, 2 de julio de 2008

TODOS CONOCEMOS A MARINA



Marina es esa chica que vive sola, que tuvo suerte y encontró un alquiler barato que poder pagar con su sueldo y así poder viajar a otros continentes en vacaciones. Es esa vecina con la que nos cruzamos de vez en cuando para acertar a decirle solamente "hasta luego" cuando lo que realmente queremos es preguntarle como le va. Marina es esa amiga que siempre nos escucha, que conduce cuando hemos bebido, que nos presenta al chico soñado, que se liga al que nosotras vimos primero.

Todos conocemos a Marina.

Marina es esa chica que se siente sola cuando pasa el finde y todos se van. Es la muchacha que viaja en el último asiento del vagón mirando la nada a través de la ventanilla, o su propio reflejo. Es esa compañera de trabajo que odiamos porque siempre está allí cuando entramos y nunca se toma un descanso porque no fuma. Marina es la chica que nos cruzamos en el centro comercial y no podemos dejar de mirar. Es la que entra en la enésima tienda, una donde hay pequeños y adorables cachorros que parecen de peluche pidiendo a gritos ser abrazados. Marina cree que un chachorrito de esos le haría compañía. Marina es impulsiva, tanto que está dispuesta a salir de ahí con un nuevo amigo. Pero también es lista. Marina es esa chica que desaparece fines de semana enteros sin haber pensado antes donde quería ir. Es la persona menos adecuada para cuidar de un perrito.



Marina salió de la tienda con lo que quería. Casi siempre lo conseguía. Al llegar al portal se topó con ese vecino con el que siempre cruzaba un torpe "hasta luego" cuando ella lo que le pedía a gritos era una invitación a tomar algo. El chico le aguantó la puerta del ascensor.

-¿Es una iguana? -preguntó al ver la caja que portaba.


-Una serpiente -respondió ella tímida.


-Que guay... a ver si un día me la enseñas.


-Vale, cuando quieras.


-Me has dado suerte -le dijo a la boa cuando entró en su piso. Instaló el terrario y le echó el primer ratón dentro. Nunca le dieron especial lástima los animales, y menos los roedores.


A los pocos días descubrió que Sancha podía vivir tranquilamente fuera del terrario. Le seguía por toda la casa, siempre detrás de ella, haciéndose un ovillo en sus pies sobre el sofá o en la cama mientras dormía.


La dieta de ratones diarios dio sus frutos y Sancha alcanzó un gran tamaño en poco tiempo. Entonces se hizo más cariñosa y ya no se conformaba con dormir arremolinada a sus pies, sino que se estiraba junto a ella cuan larga era.


Pero a partir de un día concreto Sancha dejó de comer. Pasaron dos o tres semanas y la serpiente seguía sin probar bocado. Esto mosqueó a Marina hasta tal punto que un día decidió llevarla al veterinario. Cuando entró en la consulta el especialista examinó brevemente a la serpiente y le preguntó a la joven si había notado algo en la actitud del reptil aparte de la falta de apetito.


-Nada fuera de lo normal -respondió-... Ella siempre a sido muy cariñosa, me seguía a todas partes y también dormía conmigo, tanto en el sofá como en la cama. Al principio se acurrucaba a mis pies en espiral, pero después ya lo hacia totalmente estirada a mi lado, supongo que cuando cogió más confianza.


El veterinario la miró con rigor y finalmente dijo:


-Lo siento señorita, pero esta serpiente no puede salir de aquí. Tiene que ser sacrificada.


-¿Qué? -exclamó Marina.


-Es un caso que ocurre de vez en cuando. Ha estado tanto tiempo sin comer para hacer hueco en el estómago y el motivo por el que se estira a tu lado es porque está midiéndote para saber cuando podrá comerte.



Todos conocemos a Marina.

O al menos a alguien que ha oído hablar de ella.