-Circunferencia: entre 68 y 73 cm.
-Diámetro: entre 23 y 24 cm.
-Peso: entre 567 y 650 gramos.
Los océanos y continentes también sobran. La superficie debería ser de cuero o piel rugosa, incluso de material sintético; pero que siempre (siempre) facilite el agarre aún con las manos sudadas. ¿Y su color? Naranja, con líneas negras. El planeta tierra, pues, sería una cosa tal que así:
Lamentablemente nos tenemos que conformar con un trozo de roca medio podrido. Pero soñar es gratis y si la Tierra fuese como hemos descrito, entonces, la vida sería tan cojonuda como en las (únicas) 4 PELÍCULAS IMPRESCINDIBLES SOBRE BALONCESTO:
1.Los blancos no la saben meter, (White men can’t jump, 1992, Ron Shelton).
Ron Shelton es un directorzuelo americano especializado en hacer flins sobre deportes del imperio, pero no alcanzó la maestría fílmica suprema hasta tener entre manos el más perfecto de los juegos: el baloncesto.
La película retrata la vida de dos streetballers (jugadores callejeros de baloncesto para los incultos que no saben inglés), uno blanco y otro nigga, y cómo se gana la vida en las canchas de L. A. Resumiendo: baloncesto callejero muy bien filmado, putadones de órdago entre los dos protagonistas y las inabarcables tetazas de Rosie “chimpancé” Pérez.
2.Hoosiers, más que ídolos, (Hoosiers, 1986, David Anspaugh).
Este flin fundacional nos habla de la llegada de un entrenador con el rostro de Gene Hackman a un pueblo perdido del Estado de Indiana –la capital mundial del baloncesto- para entrenar al equipo del instituto local.
A pesar del rechazo que sufre por parte de los jugadores, profesores y unos vecinos que intenta echarle, el bueno de Gene, que es un cabronazo integral como todo entrenador que se precie, persevera con una pasión inquebrantable y demencial por da game, consiguiendo levantar el orgullo de todo el condado. Como punto extra de la película, advertir que sale Dennis Hopper haciendo de borracho del pueblo.
¡Dennis Hopper! ¡Borracho!
Mola sí o sí.
3.Una mala jugada, (He got game, 1998, Spike Lee).
Dos de nuestros niggas preferidos –Spike Lee y Denzel Washington- se juntaron para contarnos la historia de Jake Shuttlesworth, un presidiario que ve interrumpida su condena si accede a la petición del gobernador local: convencer a su hijo Jesús, el mejor jugador de baloncesto de todos los institutos del país, para que fiche por su equipo local.
Tal vez algo por debajo del nivel de las dos anteriores, la película, empero (toma cultismo), refleja bastante bien el chanchulleo que existe en USA para hacerse con los jóvenes niggas que saben botar el balón.
4. Hoops Dream (1994, Steve James).
Hoops Dream es un documental sobre baloncesto que… no, espera, empiezo de nuevo: Hoops Dream es El Documental de Baloncesto por Antonomasia. El flin dura casi 3 horas (pero ni te enteras, tiene un ritmo que ni MC Hammer en su mejor momento) y nos narra la historia de dos quinceañeros del ghetto, William Gates y Arthur Agee, que comparten un sueño: llegar a la NBA. Ambos están entre los mejores jugones de los playgrounds más chungos del Chicago de las bandas y el crack. ¿Se convertirán nuestros dos pipiolos en profesionales o acabarán con siete tiros en el cuerpo? Un peliculón. Y es un documental, repito.
Para finalizar, un poco de streetball y las tetas de Rosie Pérez, como les comenté al principio:
Nota: el resto de películas sobre baloncesto pueden causar aversión al propio baloncesto.